En 2024, los investigadores evaluaron más de 1.000 muestras de hígado y músculo de 888 peces de granjas de peces. Annette Bernhard, científica marina, declaró: “Hemos recopilado más de 30.000 resultados de análisis para detectar sustancias ilegales, y no hemos encontrado ninguna que supere los valores límite establecidos por la UE. Al mismo tiempo, esta supervisión también pretende garantizar que no se utilicen sustancias ilegales en las granjas de peces.”
Anualmente, el Instituto Noruego de Investigación Marina (HI) analiza los peces de granjas noruegas en nombre de la Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria (NFSA). Este seguimiento es un requisito tanto de la legislación noruega como de la normativa de la UE, y tiene como objetivo garantizar que los peces no contengan sustancias indeseables en niveles perjudiciales para la salud.
Las muestras analizadas son principalmente de salmones cultivados en granjas, pero los investigadores también controlan la trucha arcoíris, la trucha, el fletán y el bacalao. La NFSA es responsable de tomar las muestras y el Instituto de Salud (HI) de elaborar los análisis e informes finales.
Asimismo, los investigadores no encontraron rastros de drogas ilegales, como hormonas de crecimiento. Las muestras tomadas en los mataderos se analizaron para detectar medicamentos veterinarios aprobados (como antibióticos, anestésicos y antiparasitarios) y toxinas ambientales. Solo se detectaron pequeños residuos de insecticidas utilizados como tratamiento contra los piojos de mar (cipermetrina y deltametrina), posiblemente transferidos a través del alimento para peces, pero todos los niveles estaban muy por debajo de los límites de seguridad de la UE. Tampoco se encontraron sustancias nocivas como PFAS, dioxinas, mercurio, plomo o cadmio en ninguna muestra.
Bernhard también explicó: “Se tomaron muestras en todas las etapas de vida de los peces. Los resultados solo mostraron residuos bajos de ciertos tratamientos de piojos de mar e insecticidas, todos por debajo de los límites de seguridad, mientras que no se detectaron antibióticos ni otros medicamentos veterinarios.” Además, los investigadores analizaron 13 muestras de filetes ahumados de pescado para detectar toxinas ambientales que pueden producirse al asador, al ahumar o freír a altas temperaturas. No se encontró ninguna muestra que superara los valores límite establecidos.
En 2024, se incluyeron en el seguimiento varias sustancias nuevas. Se trata de compuestos químicos denominados "contaminantes de preocupación emergente". Estos compuestos se seleccionaron en función de su relevancia para la acuicultura e incluyeron elementos químicos, un amplio espectro de pesticidas, micotoxinas, contaminantes orgánicos persistentes, contaminantes de procesamiento, aditivos tecnológicos para piensos, nitratos y nitritos, e hidrocarburos aromáticos, incluyendo HAP en muestras de filetes de pescado ahumado. En este sentido, Bernhard añadió: "Se trata de sustancias nuevas que pueden ser nocivas, pero sobre las que aún no tenemos suficiente conocimiento. No existen valores límite establecidos para estas sustancias, y se desconoce la cantidad que ingerimos a través de los alimentos y las cantidades que pueden ser perjudiciales".
Las sustancias detectadas se incluirán en un seguimiento adicional. Los datos se presentarán a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA). En este sentido, Bernhard concluyó: “Las autoridades noruegas y europeas necesitan más datos sobre estas sustancias en diversos alimentos para poder evaluar si representan algún riesgo para la salud. Se trata de sustancias presentes en el medio ambiente, que también podemos encontrarlas en los alimentos”.
Encuentra más información aquí(en inglés).