En el Informe de Salud de los Peces de Noruega de 2022, el acortamiento del opérculo fue identificado como una causa significativa de reducción del bienestar y el crecimiento en salmones. En 2024, el Fondo Noruego de Investigación Pesquera (FHF) inició un proyecto, liderado por la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (NMBU) en colaboración con Åkerblå, para investigar las causas principales. Los hallazgos se han resumido ahora en un nuevo informe.
Los investigadores confirmaron que el acortamiento del opérculo suele ocurrir en las primeras fases durante el período de alimentación inicial. Además, el manejo, particularmente el relacionado con la alimentación, es un factor de riesgo crucial.
Análisis de datos de piscifactorías revelan una considerable variación en la incidencia del opérculo corto. En la producción comercial, la incidencia promedio se estima entre 7-10%, aunque puede exceder el 50% en algunos grupos.
El informe indica que esta condición puede provocar pérdidas económicas y un menor bienestar de los peces, ya que está asociada con daño branquial, crecimiento reducido y mayor mortalidad.
Para minimizar la aparición del acortamiento de la tapa branquial, se recomiendan las siguientes medidas:
- Asegurar una asignación adecuada de alimento durante el período de alimentación inicial.
- Mantener un ambiente estable y óptimo en los tanques.
- Descartar temprano los peces con acortamiento de opérculo moderado a severo.
- Las piscifactorías que tienen problemas con el opérculo corto deben mapear el estado (ambos lados) desde el inicio temprano de la alimentación para identificar cuándo ocurre el problema. Esto permitirá la implementación oportuna de medidas preventivas.
- Para facilitar futuras investigaciones, la industria debería acordar un sistema común para registrar el estado del opérculo.
A pesar de estos nuevos hallazgos, el informe señala varias áreas que requieren más investigación. Se necesita más conocimiento sobre la gravedad del opérculo corto en el salmón del Atlántico y la trucha arcoíris en la producción comercial, incluyendo su impacto en la mortalidad, el crecimiento, la salud y el bienestar, y los costos económicos tanto en la fase de hatchery como en la fase marina. Además, se necesitan más estudios científicos para determinar las causas exactas y los factores de riesgo, con un enfoque particular en la fase temprana de hatchery. El vínculo entre los cambios del opérculo y la salud branquial general, incluido el daño tisular y las posibles conexiones con agentes infecciosos, también requiere una mayor investigación.
Finalmente, se debe desarrollar un método estandarizado para examinar los problemas de la tapa branquial en la fase de hatchery. Esto ayudará al personal de salud de los peces a hacer un diagnóstico y a dar consejos sobre prevención.
Descarga el informe en el siguiente link (en Noruego).