La temperatura es un regulador en la biología de los peces, ya que moldea su comportamiento, fisiología, salud, bienestar y crecimiento. Antes de que el salmón pase por la esmoltificación, la temperatura es una herramienta altamente efectiva para gestionar las tasas de crecimiento. En los últimos años, ha crecido la preocupación de que las temperaturas utilizadas durante la cría puedan ser demasiado altas. Las posibles consecuencias adversas incluyen una salud cardíaca deficiente, y también se ha afirmado que los parrs (salmones juveniles) de rápido crecimiento podrían no prosperar después de la transferencia a agua de mar.
La industria acuícola noruega exigió respuestas, lo que llevó a científicos noruegos a realizar un estudio para abordar estos puntos. "Había una falta de experimentos a largo plazo que evaluaran los efectos de la temperatura desde el esmolt hasta la cosecha. Necesitábamos esto para determinar si las altas temperaturas al principio de la vida impactarían en el crecimiento y la salud del salmón más adelante", dijo Anja Striberny, científica de Nofima, el Instituto Noruego de Investigación en Alimentos, Pesca y Acuicultura.
El experimento
Striberny y sus colegas establecieron el experimento en la estación de investigación acuícola de Nofima en Sunndalsøra, en la costa oeste de Noruega. Esta estación de investigación ofrece instalaciones únicas para ensayos con salmones pequeños y grandes en ambientes con variada calidad de agua.
El salmón del Atlántico fue seguido desde los 10 gramos hasta la etapa de esmolt (hasta 200 gramos), con grupos criados en agua a 8, 12, or 14°C. Para asegurar la relevancia industrial, se probaron tanto sistemas de flujo continuo como sistemas de recirculación en acuicultura (RAS). Una vez esmoltificados, los peces fueron trasladados a la instalación de agua de mar en Gildeskål, en el norte de Noruega. A lo largo del ensayo, el equipo de investigación midió, pesó, muestreó y documentó el estado de salud y bienestar tanto externo como interno de los peces.
Hallazgos clave
La mayoría de los hallazgos fueron los esperados:
- Todos los peces desarrollaron una buena tolerancia al agua de mar.
- En todos los grupos, los cambios en la duración del día influyeron en el desarrollo del esmolt. Esto respalda hallazgos previos de que el fotoperíodo podría importar más que la temperatura para la esmoltificación.
- La supervivencia en agua de mar fue alta en todos los grupos.
- Como era de esperar, los peces mantenidos a temperaturas más altas en agua dulce fueron significativamente más grandes en la transferencia al mar: el peso promedio para el grupo de 14°C fue de 140 gramos, comparado con solo 70 gramos para el grupo de 8°C.
Sin embargo, durante la fase de crecimiento en el mar, los peces del grupo de temperatura más alta continuaron creciendo más rápido que los de los grupos de temperatura más baja. Aún no está claro si esto se debe a una tasa de crecimiento más alta durante la producción del esmolt o simplemente a un mayor peso corporal al ser transferidos al mar.
El crecimiento y la supervivencia no lo son todo; el equipo también está analizando muestras de tejido e investigando respuestas moleculares para identificar efectos "invisibles". Con base en los indicadores externos de bienestar, solo hubo diferencias menores entre los grupos, pero es importante destacar las tendencias negativas observadas en los peces que habían experimentado altas temperaturas. Se observó una tendencia a cataratas leves al final de la fase de agua de mar, y los corazones eran ligeramente más pequeños que en otros peces. También se observaron corazones más pequeños en peces criados en sistemas RAS.
Debe ser visto en contexto con otros hallazgos
El Fondo Noruego de Investigación Pesquera y Acuícola (FHF) ha financiado la investigación, y el jefe de investigación, Sven Martin Jørgensen, enfatizó que estos resultados deben verse en relación con los hallazgos de otros proyectos financiados bajo el área de investigación "Robust Fish" del FHF.
“Cuando varios de los proyectos hayan entregado sus recomendaciones, será importante compilar los resultados para que la industria acuícola pueda obtener conocimiento actualizado sobre qué condiciones de producción temprana generan un salmón de cultivo con la mejor salud y rendimiento posibles”, dijo Jørgensen.
El objetivo principal del cultivo de salmón es la producción de alimentos; por lo tanto, los científicos también investigaron si las condiciones de cría temprana podrían afectar el producto final.
“Curiosamente, los grupos de 12 y 14°C mostraron una mayor proporción de peces con calidad superior, con una tendencia hacia un color de filete más intenso”, dijo Striberny.
En resumen, los resultados de la producción convencional de esmolt entre 100 y 200 gramos muestran que las temperaturas de hasta 14°C son en sí mismas no problemáticas, e incluso pueden ser ventajosas para el rendimiento a largo plazo. Sin embargo, se hace una advertencia para aquellos que creen que las temperaturas más altas garantizan un rápido crecimiento en el salmón. “Solo manipulamos la temperatura en este ensayo. La densidad y la calidad del agua se mantuvieron dentro de los niveles recomendados, y los cambios en esos parámetros podrían producir resultados diferentes”, concluyó Striberny.
La investigación se llevó a cabo en el proyecto Temp-Intens en colaboración con la Universidad Ártica de Noruega (UiT), la Universidad de Bergen (UiB), la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), Mowi, Grieg Seafood y Cermaq.