El gobierno de Tasmania ha anunciado una pausa en la expansión de la industria del salmón en el estado mientras lleva a cabo una revisión independiente sobre la sostenibilidad, regulación y el impacto ambiental del sector.
La decisión se produce tras la confirmación de que la bacteria Piscirickettsia salmonis ha sido detectada nuevamente en las granjas de salmón en el sur de Tasmania.
El primer ministro Jeremy Rockliff afirmó que la revisión examinará la gestión de enfermedades, los sistemas de monitoreo, la regulación y los impactos ambientales y económicos del cultivo de salmón.
"Nuestras industrias tradicionales han estado haciendo esto por generaciones, y nuestro estado se ha beneficiado enormemente de su arduo trabajo e innovación. Y que conste, apoyo al 100% a la industria del salmón y a las familias de Tasmania que sustenta", dijo Rockliff. "Pero debe estar en la cima de su juego para cumplir con las expectativas de los tasmanos. Por eso, lanzaremos un estudio independiente de la industria del salmón para asegurar su futuro sostenible. Habrá una pausa en la expansión marina de la industria mientras se completa el estudio".
El estudio será realizado por una organización especialista independiente y externa a la isla. Mientras esté en curso, no se aprobarán nuevas concesiones o expansiones para la acuicultura marina, y se eliminarán los derechos de peces con aletas de las concesiones que no están actualmente en uso.
El gobierno dijo que los términos de referencia de la revisión, que se desarrollarán con el Parlamento, probablemente incluirán:
- Monitoreo, regulación, medidas de cumplimiento y estándares ambientales.
- Uso de enfermedades y antibióticos, así como investigación científica sobre los impactos.
- Investigación internacional sobre métodos de cultivo alternativos, incluyendo sistemas en tierra y en alta mar.
- Evaluación completa del impacto de la industria en las vías fluviales públicas, la infraestructura y los costos gubernamentales.
- Impactos económicos, científicos y ambientales más amplios en las comunidades, los empleos y el medio ambiente marino.
La ministra de Medio Ambiente, Madeleine Ogilvie, anunció medidas adicionales para reforzar la supervisión.
"Desarrollaremos y entregaremos una Ley del Medio Ambiente Marino de Tasmania, en consulta con el Parlamento y la comunidad, y fortaleceremos aún más la supervisión regulatoria", dijo. Los estándares de gestión de residuos para la acuicultura también serán revisados para asegurar que cumplan con "los estándares contemporáneos y las expectativas de la comunidad".
El último brote de Piscirickettsia salmonis se produce tras un gran evento de mortalidad de peces durante el verano, cuando salmones muertos llegaron a las playas del sur de Tasmania. La industria está buscando una vacuna, así como estrategias de gestión alternativas, además de impulsar la aprobación acelerada de Florfenicol, que se ha utilizado en otros países pero no ampliamente en Australia.
El gobierno dijo que su Autoridad de Protección Ambiental independiente y su Jefe de Veterinaria asesorarán sobre el uso del antibiótico, enfatizando que "el bienestar animal, la bioseguridad y las vías fluviales deben estar a la vanguardia de todo lo que la industria haga".
El anuncio llega mientras el primer ministro Rockliff se prepara para enfrentar una renovada presión sobre su liderazgo cuando el Parlamento reanude sus sesiones el martes. Las elecciones anticipadas del mes pasado dieron como resultado un equilibrio de poder casi idéntico al del parlamento anterior, dejando a ningún partido con una mayoría.