En 2025, la Comisión Europea adoptará una nueva Estrategia de la UE para las empresas emergentes y en expansión. Las startups, la investigación y la innovación se han situado entre las prioridades clave del mandato actual de la Comisión, con el objetivo de cerrar la brecha de innovación entre la UE y sus competidores globales, y mejorar la competitividad europea. Desarrollada originalmente en 2016, la estrategia actualizada será más ambiciosa, apoyando a las startups como catalizadoras de la innovación y como agentes para enfrentar desafíos como el cambio climático, el fortalecimiento de la producción de proteínas domésticas y la reindustrialización de Europa.
La industria de insectos ha emergido como uno de los sectores de startups industriales de más rápido crecimiento en Europa. Con más de 150 instalaciones de producción, en su mayoría pymes y startups, repartidas por todo el continente, la nueva estrategia tendrá un impacto directo en una industria que se encuentra en una fase crítica de escalado. La Plataforma Internacional de Insectos para Alimentación y Piensos (IPIFF) participó en la consulta pública sobre la estrategia y presentó recomendaciones a la Comisión.
“La industria europea de insectos se encuentra en una encrucijada, enfrentando desafíos como la relocalización de la producción de proteínas y la reducción de la dependencia de proteínas tradicionales intensivas en recursos, como la harina de soja y la harina de pescado,” dijo Christophe Derrien, secretario general de IPIFF, en una reciente entrevista con Aquafeed.com. “El sector de insectos ha sido el que más rápido ha escalado entre las industrias innovadoras, superando a las algas y otras fuentes alternativas de proteínas. Sin embargo, hemos alcanzado un umbral crítico donde necesitamos escalar más y madurar para satisfacer eficazmente la demanda del mercado.”
Competitividad y reformas regulatorias
En la última década, la industria ha logrado importantes avances regulatorios, como la autorización de la proteína de insectos en piensos acuícolas desde 2017. No obstante, IPIFF aboga por reformas adicionales, incluyendo la aprobación del frass (estiércol de insectos) como fertilizante, un cambio que mejoraría significativamente la competitividad del sector.

Los costos de los insumos siguen siendo una de las cargas más elevadas para los productores. IPIFF también impulsa la ampliación de los tipos de sustratos que pueden usarse para alimentar insectos. “Para desbloquear completamente el potencial circular de nuestro sector, pedimos poder utilizar subproductos alimentarios –como productos caducados o descartados de supermercados e industrias agroalimentarias– incluso si contienen trazas de carne o pescado,” explicó Derrien. “Los estudios científicos respaldan la seguridad de este enfoque, y esperamos cambios regulatorios en los próximos dos años.”
Sobre si los diferentes sustratos afectarían la consistencia del producto –especialmente crítica para los fabricantes de piensos acuícolas–, Derrien aclaró: “El objetivo de usar restos de supermercado con carne o pescado es ampliar los flujos de biomasa sin comprometer la consistencia. La calidad de la harina de insectos se mantendría estable.”
“Teniendo en cuenta el frass y la situación de los sustratos, la competitividad del sector se ve obstaculizada. Por un lado, los costos de insumos, que representan entre el 50-60% del total, siguen siendo elevados al competir con otros proveedores de sustratos. Por otro, si las empresas pudieran valorizar eficientemente todos los productos y coproductos, incluido el frass, podrían ofrecer precios más competitivos,” señaló Derrien.
Catalizando mecanismos financieros
Otro gran desafío es la necesidad de herramientas financieras que respalden el crecimiento y escalado del sector.
“En los últimos años, los flujos de inversión han disminuido significativamente, especialmente en sectores intensivos en capital como el de insectos. Los inversores a menudo esperan retornos a corto plazo, lo cual es difícil en una industria que necesita tiempo para alcanzar escala comercial y rentabilidad,” dijo Derrien. “Las instituciones europeas y los inversores pueden haber subestimado el tiempo necesario para desarrollar una nueva industria, y algunos no estaban familiarizados con la realidad de la producción agroalimentaria y sus retos industriales.”
Sin embargo, no todos los operadores enfrentan las mismas dificultades. “Los que construyeron instalaciones en tiempos difíciles, con alta inflación, costos de materiales y energía, han sido más afectados que otros que comenzaron más tarde o escalaron en fases distintas. También hay nuevos operadores centrados solo en una parte de la cadena de valor que no se han visto igualmente afectados,” explicó.
IPIFF defiende la implementación de mecanismos financieros a través de actores institucionales como el Banco Europeo de Inversiones, que ofrezcan fondos, garantías bancarias y restauren la confianza inversora. “Esta colaboración público-privada es clave para apoyar el desarrollo y escalado del sector,” afirmó. “Una mayor implicación de las autoridades públicas mediante mecanismos financieros innovadores ayudará a que el sector alcance la escala necesaria para su viabilidad a largo plazo.”
IPIFF también aboga por establecer un conjunto de políticas con medidas financieras adecuadas para estimular la industria, como el reconocimiento del sector de insectos dentro de la Estrategia de Proteínas de la UE, la implementación de incentivos bajo la futura PAC, y el reconocimiento del sector dentro de la política industrial europea.
Promoviendo la demanda
Los consumidores son clave no solo para los productos animales alimentados con insectos, sino también para los mercados especializados en el consumo directo de proteína de insecto. “No buscamos necesariamente reemplazar carne y pescado, sino ofrecer soluciones complementarias para ciertos mercados especializados o grupos de consumidores que, por ejemplo, quieran reducir su consumo de carne, tengan deficiencias nutricionales o necesiten proteínas adicionales como en el culturismo,” dijo Derrien.
En estos mercados, el nivel de aceptación varía según edad, educación, etc., y para aumentar la demanda, es clave comunicar adecuadamente los beneficios nutricionales, la sostenibilidad y la seguridad regulatoria. La legislación alimentaria y las autorizaciones también son esenciales para que estos productos lleguen a los consumidores.
IPIFF propone que los responsables políticos de la UE proporcionen incentivos o herramientas informativas para que los consumidores europeos (alimentación) y los clientes comerciales (piensos) prioricen el uso y consumo de insectos y sus derivados. Por ejemplo, directrices de contratación pública que obliguen a ciertos operadores a utilizar un porcentaje mínimo de fuentes sostenibles de proteínas, ya sea para consumo humano directo o en la alimentación animal.
Además, IPIFF también pide el establecimiento de normas obligatorias de etiquetado que permitan a los consumidores identificar el origen del animal producido y conocer los beneficios de sostenibilidad del producto en comparación con otros importados.
El futuro
En los próximos años, Derrien prevé un cambio en el panorama europeo, pasando de una amplia variedad de startups a un número menor de productores a escala industrial. “Estamos viendo emerger nuevos modelos de colaboración con enfoques descentralizados que involucran a actores tradicionales del sector agroalimentario y redes regionales,” predijo.
Para apoyar esta evolución, se necesitarán incentivos financieros y mecanismos adaptados a agricultores y actores agroalimentarios. “Programas de formación para agricultores, apoyo para diversificación hacia la producción de insectos e inclusión en los marcos de política agrícola serán fundamentales,” afirmó.
“La innovación en incentivos financieros y legislación es esencial para permitir el desarrollo de un sistema alimentario más sostenible. Nuestro sector aporta soluciones reales a la agricultura tradicional, ayudando a impulsar la sostenibilidad,” concluyó Derrien.