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Norteamérica

Omega Protein insta a una revisión científica antes de recortar la pesquería de menhaden

En una carta a la ASMFC, Peter Himchak, asesor científico principal de Omega Protein, argumentó que las preocupaciones recientes que vinculan la pesca de menhaden con la disminución de las poblaciones de águila pescadora están siendo exageradas, y pidió una investigación más amplia sobre las posibles causas.

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Foto: Ocean Harvesters

La procesadora de menhaden Omega Protein y su socio de pesca, Ocean Harvesters, han instado a la Comisión de Pesca Marina de los Estados del Atlántico (ASMFC por sus siglas en inglés) a realizar más revisiones científicas antes de considerar posibles reducciones en la pesquería de menhaden de la Bahía de Chesapeake.

En una carta a la ASMFC, Peter Himchak, asesor científico principal de Omega Protein, argumentó que las preocupaciones recientes que vinculan la pesca de menhaden con la disminución de las poblaciones de águila pescadora están siendo exageradas, y pidió una investigación más amplia sobre las posibles causas.

Himchak, exbiólogo pesquero de la División de Pesca y Vida Silvestre de Nueva Jersey y asesor de larga data de la ASMFC y el Consejo de Gestión Pesquera del Atlántico Medio, criticó lo que llamó una "cantidad desmedida de atención en el menhaden en general, y en la pesquería de reducción en particular", en las discusiones sobre la disminución de las águilas pescadoras.

En particular, rechazó las recomendaciones hechas por el Grupo de Trabajo sobre Gestión Precautoria de la ASMFC en la Bahía de Chesapeake, calificándolas de "draconianas" y advirtiendo que implementar restricciones sin pruebas claras de poblaciones de menhaden agotadas o impactos probados en las águilas pescadoras corre el riesgo de dañar una industria que sustenta cientos de empleos y ha operado durante más de 150 años.

Si bien reconoció la gran carga de trabajo del Comité Técnico (CT) de la ASMFC antes de la Reunión Anual de la Comisión, Himchak describió cuatro preguntas científicas clave que, según él, el comité debería investigar:

  • Coincidencia temporal y geográfica: Himchak cuestionó si las disminuciones de águilas pescadoras coinciden con la operación de la pesquería de menhaden, citando datos del Servicio Geológico de EE. UU. que muestran disminuciones de águilas pescadoras en múltiples estados costeros, no solo en la Bahía de Chesapeake, y aumentos en áreas interiores. Señaló que la pesca de menhaden generalmente comienza en mayo, mientras que las águilas pescadoras llegan y comienzan a anidar de febrero a mediados de abril, lo que plantea dudas sobre si la pesquería influye en el comportamiento de anidación de las águilas pescadoras.
  • Competencia de depredadores: Notando el aumento de las poblaciones de varios depredadores de menhaden desde principios de la década de 2000, Himchak destacó un estudio de dieta de lubina rayada que mostraba que los peces estaban sanos y no privados de alimento. Preguntó si las águilas pescadoras podrían estar enfrentando una mayor competencia de otros depredadores en lugar de sufrir escasez de menhaden debido a la pesquería de reducción.
  • Interacciones con el águila calva: Himchak enfatizó el crecimiento de la población de águila calva en Maryland y el comportamiento cleptoparasitario de la especie (acosar a las águilas pescadoras y robarles sus presas, o atacar nidos, crías e incluso aves adultas). Citando estudios de lugares como el Parque Nacional Voyageurs, señaló una fuerte evidencia que vincula la abundancia de águilas con la disminución de nidos de águila pescadora y la reducción del éxito de anidación. Cuestionó si estas dinámicas depredador-presa se han considerado adecuadamente como posibles factores que impulsan las dificultades de las águilas pescadoras. Estas preocupaciones se hicieron eco en un informe especial reciente de Saving Seafood, titulado La recuperación del águila calva en la Bahía de Chesapeake levanta banderas rojas para el águila pescadora. El informe recopiló más de tres décadas de investigación revisada por pares, observaciones de campo e incidentes documentados donde las águilas calvas afectaron negativamente a las poblaciones de águila pescadora. Un estudio citado encontró que la abundancia de águilas se asociaba con una menor persistencia y éxito de los nidos de águila pescadora, mientras que encontró "poca evidencia de limitaciones de abajo hacia arriba", como la disminución de la disponibilidad de peces.
  • Cambio ambiental: Finalmente, Himchak preguntó si factores impulsados por el clima, como la frecuencia de tormentas, el desarrollo costero, el calentamiento del agua o la hipoxia, podrían estar afectando el éxito de forrajeo de las águilas pescadoras. Citando un estudio de Bryan Watts de 2024, señaló una disminución a largo plazo en todas las entregas de peces forrajeros a los nidos de águila pescadora de 1974 a 2021, lo que sugiere que cambios ambientales más amplios podrían estar limitando el acceso de las águilas pescadoras a sus presas.

Himchak concluyó instando a la Comisión a dejar que la ciencia guíe su toma de decisiones. "Las acciones precipitadas, tomadas en nombre de la precaución, no siempre son inofensivas", escribió. "Ni Ocean Harvesters ni Omega Protein pueden sobrevivir sin el actual bajo nivel de acceso al recurso de menhaden en la Bahía. Simplemente no hay suficientes 'días de pesca' en un año para llevar a cabo de manera segura una pesquería rentable únicamente en el océano".

Enfatizó que la pesquería de menhaden ya se gestiona en sus niveles más conservadores desde que se tienen registros en la década de 1950, con límites de precaución ya establecidos. Antes de realizar cambios que podrían tener un "daño económico irreversible" para la industria, argumentó, la ASMFC debería explorar completamente todas las explicaciones razonables para la disminución de las águilas pescadoras.